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Para el promotor de esta criptomoneda y arquitecto de los Bonos Bitcoin de El Salvador, existen diversas soluciones para que diferentes lugares finalmente la adopten.  

La semana pasada, el Bitcoin hizo noticia al superar la barrera de los US$ 30.000, tras tocar mínimos históricos de US$ 15.782 a fines de 2022, como consecuencia de los escándalos de las plataformas de intercambio más grandes como FTX y Binance.

Y aunque concluir que el denominado cripto invierno ha terminado sería una ligereza, lo cierto es que el interés por las criptomonedas crece, pese a diversos detractores y bancos centrales que las consideran riesgosas por no estar reguladas.

América Latina no es la excepción, a tal punto que según la firma de análisis de blockchain y seguridad, Chainalysis, la región es la segunda del planeta con mayor volumen de transacciones con Bitcoin y otras criptomonedas, detrás del Medio Oriente y África del Norte, criptomercado que se apuntala como el de más rápido crecimiento en todo el mundo.

En ese sentido, Samson Mow, CEO de JAN3, una empresa de tecnología de Bitcoin enfocada en acelerar la hiperbitcoinización global, incluída Latinoamérica, asegura que la región está lista para adoptarlo como moneda.

“Toda América Latina está madura para la adopción de Bitcoin simplemente porque existe una necesidad de este. La región necesita estabilidad económica y si miras la historia, una gran parte de la inestabilidad tiene que ver con la inestabilidad financiera y del dinero. Si podemos lograr que más países adopten el Bitcoin como estándar, como una forma de dinero sólido y salgan de las divisas, de la deuda del FMI y del Banco Mundial, entonces creo que habrá mucha más prosperidad para la región”, dice el ejecutivo canadiense a AméricaEconomía.

Mow habla desde la experiencia obtenida en El Salvador, la nación centroamericana que se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como divisa de curso legal, en septiembre de 2021.

Y es que el CEO de JAN3 participó activamente en su implementación y, además, es ahora el arquitecto de los llamados Bonos Bitcoin de El Salvador por un valor de US$ 1.000 millones, que se dividirán entre una asignación directa de US$ 500 millones en Bitcoin y una inversión de la misma cantidad en infraestructura de energía y minería de Bitcoin.

No obstante, no todo ha sido color de rosa para el gobierno de Nayib Bukele a la hora de impulsar el uso de la criptomoneda más famosa del mundo. En octubre de 2022, un año después de su implementación, una encuesta del el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), reportó que 61,3 % de la población salvadoreña desaprobaba la utilización del Bitcoin como moneda de curso legal, mientras que el 65,5 % lo considera como un «fracaso». Y no solo eso. El sondeo señala que 76 de cada 100 personas salvadoreñas «no ha utilizado esta criptomoneda» y «solo una cuarta parte de la población sí lo ha hecho».

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Y es que, pese a los incentivos que el gobierno dio a la población para fomentar el uso del Bitcoin -como Chivo Wallet, una aplicación para intercambiar Bitcoins por dólares sin comisiones por transacción que venía precargada con US$ 30 como bono-, estos no fueron suficientes para convertir masivamente a los salvadoreños en bitcoiners.

“El lanzamiento de Chivo no fue ideal”, argumenta Mow. “Lo lanzaron con muchos errores y eso desanimó a algunos usuarios. No obstante, lo más importante es que ahora hay una base de instalación de esta billetera y puede funcionar incluso sin Bitcoin. Se puede usar  como una forma de Venmo (plataforma de pago) o PayPal”.

Mow afirma que su propia empresa ya ha tenido experiencia directa con la billetera. “Tenemos un pequeño equipo en El Salvador y hemos utilizado Chivo Wallet para pagar a contratistas que, de otra manera, no hubiésemos podido hacer. No es que queramos que todos usen Bitcoin en un lapso de meses, sino que queremos modernizar todo el sistema financiero anclado a Bitcoin. Con las correcciones hechas, vamos a ver mayor adopción de la billetera, porque ahora es mucho más útil. Todavía existe esta percepción de que mucha gente no la usa, pero ese no es el caso”, refiere.

LA INFLACIÓN COMO VENTAJA

Si bien para Mow la región está lista para adoptar el Bitcoin, hay varios factores que le juegan en contra. “Hay mucha educación que hacer en torno a Bitcoin. Se está sembrando mucho miedo e incertidumbre sobre su uso, porque dicen que es utilizado por delincuentes. En términos de ecología también: la gente piensa que Bitcoin está haciendo hervir los océanos, hay mucho trabajo por hacer. Desde JAN3 queremos desempeñar un papel en la educación de las personas en todo el mundo, trabajando con los gobiernos, los legisladores y con iniciativas de base para que las personas entiendan qué es Bitcoin”, dice.

Asimismo, según Samson Mow, el momento para acelerar la adopción del Bitcoin es propicio, tomando en cuenta las altas tasas de inflación a nivel global.

“Vemos una inflación de dos dígitos y está aumentando en todo el mundo. Históricamente, esto era algo que se veía en Líbano, Venezuela o Argentina, pero se está abriendo camino en los países occidentales. Debemos ser conscientes de que el sistema monetario heredado actual está fundamentalmente roto, y la mejor manera de solucionarlo es adoptar un estándar de Bitcoin. Al hacerlo, se va a restaurar el orden natural de las cosas. Y sí, habrá personas que se resistan a eso porque han estado tan acostumbradas a poder controlar la oferta de dinero, pero eso no es necesariamente algo bueno”, refiere.

Además, Mow asegura que este es dinero sólido que nadie controla y esto es una buena base para un sistema financiero.

“Mientras tanto, las stablecoin, como USDT o Tether, encajan muy bien en el mercado, especialmente en Argentina, porque las personas tienen una capacidad limitada para acceder a dólares estadounidenses. Debido a que pueden obtener algo como USDT, la gente se apoya en él para almacenar su riqueza porque sus monedas fiduciarias locales están siendo devastadas por la inflación, pero en realidad no lo están negociando ni nada por el estilo. Aquí hay una progresión en el uso de stablecoin, pero también nos movemos hacia un estándar de Bitcoin, de dinero sólido, porque el USDT todavía se basa en el dólar estadounidense y ahora es dudoso lo que depara su futuro, porque si todo el sistema colapsa, estas cosas pueden acelerarse rápidamente. Es posible que el dólar estadounidense no esté a salvo de la hiperinflación. Entonces, en última instancia, debe ir al activo más estable y más duro, que es Bitcoin”, asegura.

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Por lo pronto, Mow ha emprendido una misión de evangelización del Bitcoin que lo ha llevado a reunirse con autoridades de diversos países. Recientemente estuvo en Costa Rica, donde se reunió con representantes de la Asamblea Legislativa. Una de ellas fue la diputada Johana Obando, quien promueve un proyecto de ley que pretende regular el Bitcoin y otras criptomonedas en esta nación centroamericana.

Sobre cuál es el mejor camino para adoptar Bitcoin, el ejecutivo tecnológico afirma lo siguiente: “La adopción de Bitcoin no tiene que ser necesariamente como moneda de curso legal o con leyes Bitcoin. Podría ser, simplemente, un reconocimiento de Bitcoin. Hay diferentes soluciones para diferentes lugares. Guatemala, por ejemplo, tiene una ley [de libre negociación] de divisas que reconoce las monedas extranjeras, y se puede usar cualquiera, así que no necesitas una nueva ley, solo tener a alguien, tal vez el regulador o el banco central, que diga que Bitcoin es una moneda extranjera porque es la moneda de El Salvador, su vecino. Eso sería suficiente para Guatemala”.

Adicionalmente a estos países centroamericanos, Mow también ha sostenido conversaciones con países en otras regiones para ver cuál es ruta óptima de adopción de la criptomoneda en cuestión. Es el caso de Madeira, una región autónoma de Portugal que al ser parte de Europa está ligado al Banco Central Europeo, “pero hay un compromiso del gobierno de adoptar el estándar Bitcoin”.

En tanto, Honduras Próspera, una zona especial autónoma dentro de Honduras, siguió la receta de El Salvador y en abril de 2022 convirtió a Bitcoin en moneda de curso legal.

Más allá de la discusión sobre cómo usar el Bitcoin como moneda o divisa, para Mow el enfoque debe centrarse más en lo económico como primer paso. En el caso de Costa Rica, dado su potencial energético verde, especialmente hidroeléctrico, cree que puede minar Bitcoins con esta energía y si requiere aumentarla, puede implementar bonos hidroeléctricos, al mismo estilo de los ‘bonos volcanes’ de El Salvador.

“Con esto pueden extraer Bitcoin y una vez que comiencen a acumular, podrían adoptar algunas leyes que lo consagren como dinero. No es necesario seguir la plantilla de El Salvador haciéndola moneda de curso legal, porque en Costa Rica hay cinco o seis partidos, y no es fácil que aprueben la legislación”, concluye Mow.