La normalización de las entidades financieras en línea y la fuga de depósitos que está provocando es una de las preocupaciones actuales del G7, que busca una mayor coordinación en su regulación y un fortalecimiento general del sistema financiero.
Los países del G7 exploraron hoy vías para dotar de mayor flexibilidad a sus políticas y diversificar riesgos, con el apoyo de países externos al bloque, en materias como la digitalización financiera o la reducción de la dependencia actual de China en las cadenas de suministros.
Durante la segunda de las tres jornadas de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G7 que se celebra en la ciudad japonesa de Niigata, en la costa oeste del país, los responsables financieros de las mayores potencias globales invitaron a la mesa de diálogo a países como Indonesia, la India, Brasil o la Unión Africana en busca de una mayor capacidad de respuesta ante retos comunes.
Entre ellos se encuentra la alta dependencia de ciertos países a las cadenas de suministro de productos clave a nivel global como los componentes electrónicos, un paradigma que los socios buscan transformar con la ayuda de economías emergentes, según explicaron fuentes gubernamentales niponas.
El bloque busca seguir expandiendo sus alianzas y considera que una asociación con países emergentes puede dar respuesta a sus inquietudes internas, a la vez que dichas potencias se ven beneficiadas por las inversiones y creación de empleo que este desarrollo conlleva.
Un punto de preocupación común que se abordó en las conversaciones de este viernes fueron los problemas de deuda de los países de rentas bajas o medias, que requieren de un marco común de actuación para garantizar su integración en la esfera global y su desarrollo.
Los participantes también intercambiaron opiniones sobre la transparencia a la hora de hablar de su propia deuda y la parte estadounidense explicó más detalladamente sus problemas actuales con el techo de deuda, según dijeron las citadas fuentes sobre una cuestión no agendada que está acaparando gran atención.
Digitalización bancaria
El Grupo de los Siete considera que la flexibilidad es primordial en un momento marcado por la inestabilidad ligada a la invasión rusa de Ucrania, la aún elevada inflación, las recientes quiebras de entidades financieras que han convulsionado los mercados y la transformación de la banca con la expansión de su digitalización.
La normalización de las entidades financieras en línea y la fuga de depósitos que está provocando es una de las preocupaciones actuales del G7, que busca una mayor coordinación en su regulación y un fortalecimiento general del sistema financiero.
Las autoridades financieras no descuidaron ni siquiera el momento de la comida para continuar abordando cuestiones económicas. Durante la misma conversaron sobre la situación de la economía mundial en compañía del reputado economista Joseph Stiglitz.
También estuvieron sobre la mesa temas como la mitigación del cambio climático a través de iniciativas financieras y la necesidad de una transición global y no puntual a energías limpias, y un activo intercambio de opiniones sobre los criptoactivos.
Consenso en torno a Ucrania y Rusia
Durante la jornada estuvo de forma telemática el ministro de Finanzas ucraniano, Sergii Marchenko, que hoy habló sobre la situación económica actual del país en guerra tras haber intervenido también en la jornada inaugural de la víspera.
Los participantes en la sesión hablaron activamente sobre Ucrania y confirmaron su compromiso con mantener la asistencia a Kiev mientras sea necesario, según los funcionarios nipones.
Se espera que el apoyo a Ucrania y la presión sobre Rusia sea uno de los puntos clave de la declaración conjunta que los responsables de Fianzas del G7 tienen previsto adoptar al término de su encuentro mañana, sábado, en la que se espera poner el foco en la búsqueda de medidas para que Moscú evita la elusión de sus sanciones.
A falta de una última sesión, la presidencia japonesa ve consenso en buena parte de los asuntos debatidos.