Invertir es como apostar por el futuro. No sabemos qué va a pasar, pero tenemos que hacer una estimación basada en la información que tenemos. Los pronósticos se basan en datos históricos, tendencias, análisis y supuestos.
No son infalibles. De hecho, no podemos fiarnos ciegamente de los pronósticos, porque pueden cambiar por factores imprevistos o errores humanos. Tampoco podemos ignorarlos, porque nos pueden dar pistas valiosas para tomar decisiones.
Nos guste o no, todo inversor se ve en la obligación de usar los pronósticos para hacer valoraciones. Esto suponiendo que el objetivo del inversor sea meramente financiero. El inversor invierte hoy para obtener ganancias mañana. Debido a esto, hay que mirar al futuro.
¿A cuánto podrá llegar el precio de Bitcoin para finales de año? En este espacio, es muy común que las personas digan números a lo loco. Estos temerarios predictores del precio, a veces, aciertan y, a veces, no. Lo más sensato es realizar predicciones basadas en argumentos. Entonces, en el momento de considerar la validez de un pronóstico, hay que comenzar por sopesar la solidez de los argumentos.
Estos momentos, el volumen de Bitcoin está por el suelo. Y el precio está estancada. Bitcoin es una montaña rusa que sube y baja de precio sin parar. A veces, Bitcoin nos da alegrías y otras veces, nos da disgustos. Pero últimamente, Bitcoin parece estar de vacaciones. No se mueve mucho, ni para arriba ni para abajo. Su precio varía menos del 10% al mes, lo que es muy poco para lo que nos tiene acostumbrados. El mercado está más tranquilo que nunca, lo que nos hace preguntarnos: ¿Qué está pasando con Bitcoin? ¿Se ha vuelto aburrido? ¿O está preparando una sorpresa?
Hay varias formas de intentar adivinar el futuro de Bitcoin. Una de ellas es usar los futuros y las opciones. Los derivados. Estos son contratos que te permiten comprar o vender Bitcoin en una fecha futura a un precio que fijas hoy. Así puedes especular con el precio de Bitcoin sin tenerlo realmente. Los futuros y las opciones tienen un precio que depende de lo que se espera que pase con Bitcoin.
Pues bien, resulta que los precios de los futuros y las opciones están muy bajos. Esto significa que los inversores no esperan grandes cambios en el precio de Bitcoin. De hecho, hay poca demanda de opciones de venta.
¿Qué podemos concluir de esto? Pues que Bitcoin está en un momento de tensa calma, en el que no hay mucha emoción ni riesgo. Pero también que esto puede cambiar en cualquier momento, si hay alguna noticia o acontecimiento que altere el mercado.
Pues no te fijes en el pasado, sino en el futuro. Lo que importa es la demanda, es decir, cuánta gente quiere comprar y usar Bitcoin. Y eso depende de muchas cosas. ¿Qué tan fácil es comprar y gastar Bitcoin? ¿Hay muchas tiendas y servicios que lo acepten? ¿Qué tan seguro es tener Bitcoin? ¿Hay leyes que lo protejan o lo prohíban? ¿Qué tan innovador es Bitcoin? ¿Hay nuevas formas de usarlo, como los contratos inteligentes? ¿Qué tan estable es el mundo? ¿Hay crisis económicas o políticas que hagan que la gente busque alternativas?
Estos son algunos de los factores que pueden influir en la demanda de Bitcoin a finales de año. Pero no confiarse, porque el precio también puede cambiar por cosas impredecibles.
Muchos expertos en finanzas han dado sus pronósticos sobre el precio de la criptomoneda más famosa del mundo. Y te los vamos a contar, pero sin aburrirte con demasiados detalles técnicos.
Según 29 analistas consultados por Finbold, Bitcoin podría terminar el año en unos 38,488 dólares, lo que supone un aumento de más del 30%. Y eso no es todo. También dicen que podría llegar a los 42,000 dólares en algún momento de 2023.
¿Y qué pasa con el largo plazo? Pues ahí es donde las cosas se ponen interesantes. Los expertos predicen que Bitcoin podría alcanzar los 100,000 dólares en 2025, y más de 280,000 dólares en 2030. ¡Casi nada!
Claro que muchas personas que analizan el mercado de las criptomonedas usan modelos de predicción que se basan principalmente en datos históricos o en el suministro. Estos modelos suelen mostrar gráficas con líneas que proyectan el futuro. La mayoría de estos modelos se apoyan en dos principios. El primero es que el pasado se repite. El segundo es que la escasez es rey. Estos principios pueden funcionar cuando la demanda es relativamente estable, como ocurrió en los últimos tres halvings. Sin embargo, en mi opinión, no son muy eficaces cuando hay situaciones excepcionales, como la que estamos viviendo ahora.
Mientras muchos expertos y aficionados hacen pronósticos sobre el precio del Bitcoin basándose en modelos matemáticos, gráficas y tendencias históricas, yo prefiero confiar más en las expectativas racionales, que son las que tienen en cuenta la información disponible y las preferencias de los agentes económicos.
¿El modelo stock/flow considera la política monetaria de los gobiernos? ¿Qué pasa si la demanda de Bitcoin cambia por los costos de crédito o por la competencia de otras criptomonedas? ¿Qué pasa si una crisis económica o una guerra afectan el mercado? ¿Qué pasa si los reguladores o los hackers intervienen en el sistema? ¿Qué pasa si se aprueba o se rechaza un ETF de Bitcoin? Todas estas preguntas son difíciles de responder con una simple línea en una gráfica. Por eso, yo prefiero no hacer predicciones arriesgadas usando solo los patrones de los últimos halvings.
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