(17 de marzo del 2025. El Venezolano).- El 6 de diciembre de 2024, el experimentado pescador peruano Máximo Napa zarpó del sureño puerto de Marcona para navegar unas aguas tan familiares para él como su propio hogar, pero, a los diez días, un temporal desvió su embarcación y le dejó a la deriva durante 95 días en los que la imagen de su madre le permitió aferrarse a la vida.
«Lo único que quiero es llegar a (a mi ciudad natal de) Pisco, a mi madre, porque por ella me aferré a la vida», explicó el pescador de 61 años tras recibir el alta médica, indica EFE.
El náufrago perdió todo contacto con el mundo el 21 de diciembre y fue rescatado con vida por un gran barco pesquero en mar ecuatoriano el 11 de marzo, a 558 millas náuticas (unos 1.000 kilómetros) de las costas de las que había zarpado. La noticia de su rescate llegó pronto a su familia en la región de Ica, donde se ubican Marcona y Pisco y a la que regresó en la madrugada de este lunes.Allí, a unas 4 horas de Lima, en pleno desierto, se reencontró con su madre en una emocionante escena que puso punto final a una odisea en la que cruzó los límites de la supervivencia.
El pescador, parco en palabras, afirmó que bebía agua cuando llovía -«cuando Él quería me mandaba lluvia y me hacía vivir»- y comía lo que podía alcanzar: algunos pescados, cucarachas y tortugas.